El croissant. Uno de los productos de panadería más apreciados en todo el mundo.

Aunque la fuente del término es francés, el croissant tiene su origen en Austria donde nació a raíz de un hecho histórico.

A la hora de explicar el origen de esta famosísima pieza de panadería, muchas de las versiones coinciden en situarla en la Austria del siglo XVII. Precisamente en la ciudad de Viena que se encontraba bajo el asedio de las tropas otomanas, en el año 1683 intentando ganar terreno al Imperio Romano. Tras la conquista de la plaza de Constantinopla avanzaban por los Balcanes y el objetivo puesto en Viena.

Al descubrir que la ciudad se hallaba rodeada por una muralla imposible de franquear, los otomanos decidieron que la única forma de entrar, era excavar un túnel que les permitiera eludir la muralla y penetrar en la ciudad. Para evitar ser descubiertos, los soldados trabajaban solo en horas de la noche. Exactamente en el horario en el que también los hacían los panaderos, este pequeño detalle hizo que los turcos fueran descubiertos en sus planes y gracias a la voz de alarma por parte de los panaderos lograron mantener a salvo la ciudad de Viena.

Para celebrar, los panaderos vieneses elaboraron un pastelito con forma de luna creciente, emulando la luna plasmada en la bandera otomana. Una especie de chiste burla dedicado a los vencidos.

Según la leyenda el croissant llegó a París de la mano de María Antonieta de Austria y poco a poco, logró expandirse por toda Europa. Fueron los franceses los que le dieron su nombre definitivo, ytambién los creadores de la versión hojaldrada. El término croissant apareció por primera vez en 1863 en  el diccionario francés Littré, mientras que la primera receta fue publicada en el año 1905.

La palabra “Croissant” se traduce como creciente, y unido a su formato, inevitablemente lo asociamos con la luna.

El Croissant celebra su Día Internacional, cada 30 de enero.
El 30 de enero se celebra el Día Internacional del Croissant por tratarse una de las piezas de bollería más apreciadas en el mundo. La verdad es que el sabor del croissant cambia mucho en función de quien los realizen. Los hay de margarina, pero los favoritos suelen ser los de manteca. Se elaboran a partir de una masa leudada (u hojaldre) que se enrolla sobre sí misma a partir de la forma de un triángulo. Luego se curva ligeramente para terminar de darle la forma de media luna. Una de sus características es que para su elaboración llevan una gran proporción de manteca.

Al parecer el secreto de los mejores croissants está en la masa y en conseguir la textura perfecta. La capa externa tiene que crujir al morderla, mientras la interior tiene que ser esponjosa y el sabor debe ser equilibrado.